El ataque de las palomas asesinas
jueves, 20 de marzo de 2008 by Aranele
Había una vez una ciudad en la que todo el mundo era feliz. Los sueldos eran altos, se podía dar de baja de una compañía de ADSL mandando sólo un fax, la televisión no daba pena y los políticos intentaban ayudar a los ciudadanos. No había motivos para pelearse, por lo que la gente vivía en armonía. Esa ciudad se llamaba Happyland y era la envidia del resto de las ciudades del mundo.
Como había gente que no podía soportar la alegría que despedía Happyland, se creó una organización secreta llamada "Solo nos Gusta Amargar Entes", con el fin de destruir esa ciudad y la felicidad de aquellas gentes. Para ello intentaron de todo, pero nada hacía efecto.
Cuando estaban a punto de rendirse, el Gran Jefe Supremo de la organización dio el cante y planteó crear una criatura híbrida entre un pájaro y el demonio.
La presentaron como emisaria de paz, por lo que dieron una calurosa acogida a esa nueva especie. Pero pronto comenzó la pesadilla. El bicho destruía las estatuas, picaba a los niños y sobre todo dejaba Happyland perdido de cacas y plumas.
Ante la debacle causada por las palomas asesinas, la ciudad se vio obligada a criar al enemigo natural de tan infecta plaga: los gatetes. Sin embargo, los esfuerzos por incrementar el número de gatos se vieron truncados por la misteriosa desaparición de dicha especie.
Finalmente, los dulces habitantes de Happyland mutaron y se unieron a la organización que intentó destruirlos (lobotomía previa). Tras esto, fueron extendiéndose por todo el mundo adoptando distintos nombres (Recaudamos Impuestos Absolutamente Abusivos, Actuamos De Acaparadora Manera Imponiéndonos, etc.) y coartando los avances tecnológicos, con un único y mísero propósito ... DESTRUIR EL MUNDO.
Como había gente que no podía soportar la alegría que despedía Happyland, se creó una organización secreta llamada "Solo nos Gusta Amargar Entes", con el fin de destruir esa ciudad y la felicidad de aquellas gentes. Para ello intentaron de todo, pero nada hacía efecto.
Cuando estaban a punto de rendirse, el Gran Jefe Supremo de la organización dio el cante y planteó crear una criatura híbrida entre un pájaro y el demonio.
La presentaron como emisaria de paz, por lo que dieron una calurosa acogida a esa nueva especie. Pero pronto comenzó la pesadilla. El bicho destruía las estatuas, picaba a los niños y sobre todo dejaba Happyland perdido de cacas y plumas.
Ante la debacle causada por las palomas asesinas, la ciudad se vio obligada a criar al enemigo natural de tan infecta plaga: los gatetes. Sin embargo, los esfuerzos por incrementar el número de gatos se vieron truncados por la misteriosa desaparición de dicha especie.
Finalmente, los dulces habitantes de Happyland mutaron y se unieron a la organización que intentó destruirlos (lobotomía previa). Tras esto, fueron extendiéndose por todo el mundo adoptando distintos nombres (Recaudamos Impuestos Absolutamente Abusivos, Actuamos De Acaparadora Manera Imponiéndonos, etc.) y coartando los avances tecnológicos, con un único y mísero propósito ... DESTRUIR EL MUNDO.