Blendie y el bostezo asesino... Ingredientes perfectos para una película de terror adolescente.
lunes, 19 de noviembre de 2007 by Aranele
Blendie, a parte de ser tu nuevo amigo, es también un proyecto del Media Lab del MIT. Se trata de una batidora que funciona a base de gritos y gruñidos … pero para qué explicarlo cuando podéis ver la demostración en este vídeo. No tiene desperdicio…
Eso sí, tened cuidado al abrir la boca para gritar, no vaya a ser que os pase como a Ben Shire que estuvo a punto de morir por un bostezo. Vale, yo también me he dado cuenta de que no suena muy creíble, así que mejor lo explico, y luego ya vosotros os encargáis de opinar.
Este señor de 34 años estaba preparándose tranquilamente una taza de té para despabilarse, cuando le entraron ganas de bostezar. Y vaya bostezo, porque abrió tanto la boca que se le dislocó la mandíbula y casi se ahoga. Como le faltaba el aire se puso muy nervioso y se tiró al suelo dando vueltas tratando de luchar por un poco de oxígeno. Claro, la mujer que oye ruidos y golpes en la cocina se acerca a ver que pasa, y se encuentra su marido con la boca deformada dando vueltas por el suelo. Menos mal que llamó a urgencias, que si llega a llamar al exorcista, quizás este hombre ya no lo cuenta.
Para nuestro alivio, Ben Shire ya se encuentra bien, eso sí, tras una operación de cuatro horas para acomodar su mandíbula. Supongo que a partir de ahora se lo pensará mejor antes de sucumbir a la tentación del bostezo.
Eso sí, tened cuidado al abrir la boca para gritar, no vaya a ser que os pase como a Ben Shire que estuvo a punto de morir por un bostezo. Vale, yo también me he dado cuenta de que no suena muy creíble, así que mejor lo explico, y luego ya vosotros os encargáis de opinar.
Este señor de 34 años estaba preparándose tranquilamente una taza de té para despabilarse, cuando le entraron ganas de bostezar. Y vaya bostezo, porque abrió tanto la boca que se le dislocó la mandíbula y casi se ahoga. Como le faltaba el aire se puso muy nervioso y se tiró al suelo dando vueltas tratando de luchar por un poco de oxígeno. Claro, la mujer que oye ruidos y golpes en la cocina se acerca a ver que pasa, y se encuentra su marido con la boca deformada dando vueltas por el suelo. Menos mal que llamó a urgencias, que si llega a llamar al exorcista, quizás este hombre ya no lo cuenta.
Para nuestro alivio, Ben Shire ya se encuentra bien, eso sí, tras una operación de cuatro horas para acomodar su mandíbula. Supongo que a partir de ahora se lo pensará mejor antes de sucumbir a la tentación del bostezo.